jueves, 13 de diciembre de 2007

UNIDAD CENTRAL


"¿Qué onda con Hitler?"


Adolfo Hilter fue un dictador de la antigua Alemania que se le reconoce por la forma de matar a miles de personas, así como la dictadura política que tuvo al iniciar la Segunda Guerra Mundial. Hitler con su carácter dominante exigía total sumisión de quienes le rodeaban, y tras el atentado fallido en su contra en 1944, se volvió aún más neurótico y exigente.

El sadismo y el grado de criminalidad demostrado por el personal nazi en los campos de exterminio superaba largamente el alcance de las órdenes superiores. Niños, mujeres y ancianos eran asesinados después de haber sido rebajados a una condición infrahumana. La pesadilla de los deportados se iniciaba en el interminable viaje en vagones de ganado que los habrían de conducir a los distintos centros de tortura y exterminio. Quienes sobrevivían al terrorífico viaje en tren eran seleccionados a su llegada y los más débiles eran rápidamente eliminados con tiros en la nuca, gaseados o enterrados vivos en fosas con cal ardiente. Millones de niños, mujeres y ancianos padecieron este destino. Los más "afortunados" eran internados en los campos de concentración donde eran sometidos a todo tipo de vejaciones e incluso eran objeto de experimentos científicos hasta que morían de inanición.

Jamás se sabrá el número exacto de víctimas ni la proporción de muertes según el tipo de etnia pero es indudable que los judíos fueron quienes padecieron la mayor cantidad de muertes que de acuerdo a algunas estimaciones rondaría las seis millones de personas.

Por eso cuando se habla de genocidio judío se circunscribe la masacre a un grupo en particular cuando en realidad millones de seres no judíos también fueron víctimas del odio.

Lo único sensato que realizó en su vida, llena de malas acciones y de errores, de crímenes y de locura, fue simplemente: morir.

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